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Comentario del autor
Bienvenidos a la página oficial de Salvador Fajardo, pintor cuya obra invita a sumergirse en un universo donde la tradición y el simbolismo dialogan con lo fantástico. Su propuesta pictórica, de fuerte carga expresiva, se distingue por la intensidad de los colores y la presencia de personajes que evocan tanto la épica como la sátira. A través de formas ondulantes, proporciones a veces exageradas y un uso minucioso de la luz, Fajardo nos sitúa ante escenarios que oscilan entre lo onírico y lo ritual, desafiando constantemente la frontera entre lo real y lo imaginario. Cada una de sus pinturas, cuidadosamente construida con elementos arquitectónicos, motivos orgánicos y referencias culturales, nos invita a reflexionar sobre la historia, la memoria y el lugar del ser humano en un mundo vasto e incierto. Los personajes que pueblan sus lienzos —con vestimentas coloridas, rostros cargados de expresión y objetos simbólicos— se convierten en mensajeros de un tiempo indefinido, portadores de una herencia mítica que busca encontrar su resonancia en el presente. El resultado es una obra que combina la fuerza del cromatismo con una narrativa visual repleta de matices, donde lo poético y lo irónico se dan la mano para ofrecernos una visión crítica y, a la vez, profundamente humana. En esta página, podrás explorar la evolución artística de Salvador Fajardo, conocer sus exposiciones y adentrarte en los secretos de su proceso creativo. Te invitamos a recorrer sus galerías, donde cada cuadro es una invitación a descubrir nuevas lecturas y emociones. Gracias por visitar este espacio y compartir con nosotros la pasión por el arte y la imaginación. ¡Bienvenido al universo de Salvador Fajardo!




Salvador
Imaginación Curiosidad Creatividad Arte
Salvador Fajardo, nacido en Granada en 1955, cursó estudios de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Granada, y de grabado en el taller de la Fundación Rodríguez Acosta. Ha sido profesor en la escuela de arte y fotografía Centro Estudios Fotográficos de Granada
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Su obra es un referente de la pintura figurativa con inspiraciones de las vanguardias históricas. Salvador Fajardo tiene la capacidad de plasmar en su obra las imágenes de sus sueños, cuyos elementos, además de expresar un sentimiento o lanzar un mensaje, manifiestan la espiritualidad del hombre. Las figuras, hadas, duendes y monstruos que ejecuta Salvador entroncan con lo más granado de la Escuela de París. Las formas se confunden entre el cubismo, casi enraizado en aquel arte que pusieron de moda algunos pintores procedentes de Rusia, y las tendencias italianas del futurismo vanguardista.
A pesar del fuerte carácter fantástico de la figuración de Salvador Fajardo, sabemos que este arte es, ante todo, pedagógico, sirve para expresar la crítica en la sociedad actual. Por ello, no podemos caer en el error de interpretar estas formas como el simple resultado de la imaginación de Salvador, como obras carentes de significado, pues sabemos que cada figura lleva aparejado un mensaje. Además de las representaciones bestiales y fantásticas, vemos aparecer en la obra de Salvador numerosas figuras humanas o “semihumanas” que presentan rasgos monstruosos que las equiparan con las bestias: hombres y animales comparten elementos representativos que los destinan a un campo semántico común. La línea entre lo monstruoso y lo humano se hace, así, vaga ante la confluencia de personajes animalizados con bestias humanizadas.
Sobre mi obra
Salvador Fajardo se inscribe dentro de una tradición pictórica que, sin renunciar a la figuración, la subvierte en favor de una estética de lo onírico y lo fragmentado. En sus obras, la influencia del surrealismo es evidente, pero no como una mera imitación, sino como una reinterpretación personal donde lo simbólico adquiere una dimensión teatral.
Conoce más sobre mi obra
Sus personajes, que parecen emerger de una iconografía medieval reinterpretada bajo un prisma contemporáneo, evocan las figuras manieristas y los retratos alegóricos del Renacimiento tardío. Hay en ellos una distorsión calculada, un juego de volúmenes que recuerda a la expresividad de Arcimboldo, pero con una textura más matérica y una atmósfera que se acerca al universo de los sueños, al modo de Paul Delvaux o De Chirico.
Fajardo no solo juega con la figuración, sino que la deconstruye en una escenografía donde la lógica espacial se subvierte. Las estructuras geométricas y los patrones en los fondos refuerzan la sensación de irrealidad y remiten, de algún modo, a la estética del collage cubista, aunque con una factura mucho más depurada y con una clara voluntad narrativa.
Técnicamente, su obra denota un oficio impecable. El tratamiento de las telas y los pliegues, la atención al claroscuro y la solidez de sus volúmenes revelan un dominio del acrílico poco común, logrando una calidad pictórica que remite al temple y a las técnicas tradicionales.
Dentro del panorama contemporáneo, Fajardo se posiciona como un creador de imágenes enigmáticas, cuyo sentido no se agota en la representación, sino que exige del espectador una lectura activa, una inmersión en un universo que, aunque construido con referencias históricas, pertenece plenamente a la imaginación del artista
Disfruten la Experiencia

Lunáticos
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Esta serie de obras combinan un paisaje sereno y realista con un elemento alegórico y surreal, logrando una atmósfera poética que invita a la contemplación y
la reflexión. La fuerza expresiva recae en la cabezas flotantes, de inspiraciones clásicas, que introducen un componente místico o mitológico. El manejo de la luz y el color refuerza la sensación de un espacio suspendido entre lo terrenal y lo onírico.
En conjunto, se trata de unas pieza interesantes que equilibran lo real y lo simbólico, y que deja abierta la puerta a múltiples interpretaciones sobre la relación entre la naturaleza, el pasodel tiempo y la dimensión espiritual.
Oníria
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Oníria es una persona capaz de interpretar y manipular los sueños a su antojo, en cambio, si, lo observamos desde una perspectiva artística el término onirismo puede ser considerado como un proceso de abstracción y de síntesis, en el que el/la artista es estimulado/a por la realidad. La cual, internaliza de manera eurística, ciertos
detalles o eventos externos a él/ella, los cuales estudia, recuerda, atesora y plasma en su obra. Y se sirve y utiliza alusiones, símiles, metáforas, señas y símbolos, para interpretar sus sueños o alucinaciones oníricas plasmándolas en imágenes con formas tangibles para el observador.
Podemos deducir que en éste proyecto el artista se transforma en un “onironauta”, individuo que cobra un estado de conciencia similar al de la vigilia mientras sueña, permitiéndole reconocer el estado de sueño como tal y experimentarlo con un mayor grado de control, así como recordar éste sueño lúcido más claramente al despertar. Y es así como el onironauta puede
plasmar en imágenes, y mostrarnos los paisajes, habitantes y escenas de los mundos visitados durante su aventura onírica.
Dibujos
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Los dibujos de Salvador Fajardo presentan una combinación única de fantasía y surrealismo, donde los elementos biológicos, humanos y animales se entrelazan en composiciones extrañas pero fascinantes. Estas obras parecen situarse en un universo que mezcla la crítica social y la reflexión personal a través de figuras humanas que se distorsionan o se transforman, y paisajes que no siguen las normas de la realidad cotidiana. Estos dibujos revelan un fuerte sentimiento de angustia existencial, pero también una curiosidad por las estructuras ocultas que organizan nuestro mundo. La relación entre lo humano, lo animal, lo natural y lo cósmico se explora a través de formas deformadas y personajes que parecen habitar un mundo entre lo real y lo imaginado. Fajardo no sólo nos invita a mirar estas figuras como simples personajes, sino como símbolos de algo más grande: la lucha interna, la interacción entre lo biológico y lo social, y la fragilidad de la existencia. El uso del blanco y negro intensifica el contraste entre lo oscuro y lo luminoso, entre la vida y la muerte, entre lo orgánico y lo artificial. Esta ausencia de color no limita la expresividad de la obra, sino que refuerza las tensiones emocionales y existenciales que las figuras parecen representar. En resumen, estos dibujos son un reflejo profundo de la condición humana, de sus luchas internas, de su relación con el entorno y de la búsqueda constante de sentido en un mundo que parece estar siempre al borde del caos y la transformación. La obra de Salvador Fajardo se muestra como una exploración visual de las contradicciones de la vida, invitando al espectador a cuestionar, reflexionar y, sobre todo, a sentir.